La sansevieria, también conocida como lengua de suegra o planta de serpiente, es una planta de interior muy popular gracias a sus hojas erguidas en forma de espada y su bajo mantenimiento. Aunque la mayoría la cultiva por su follaje, pocos saben que, con los cuidados y técnicas adecuados, también puede florecer con delicadas y fragantes flores. La clave para estimular estas floraciones está en una correcta cosecha, un buen mantenimiento y condiciones ambientales apropiadas.


Entendiendo la floración de la sansevieria

Las flores de la sansevieria son poco comunes y, cuando aparecen, brotan de un tallo floral que surge del centro de la planta. Suelen ser blancas o verde pálido y desprenden un aroma agradable. Sin embargo, la floración suele darse bajo cierta condición de estrés leve: cuando la planta está algo apretada en su maceta o experimenta un cambio repentino en el ambiente. Para fomentar floraciones más frecuentes, se necesita un equilibrio entre un poco de estrés y un buen cuidado.


Paso 1: Escoge la planta adecuada para cosechar

Empieza identificando plantas maduras con hojas gruesas y saludables. Las plantas jóvenes concentran su energía en hojas y raíces, mientras que las más establecidas son más propensas a florecer. Elige aquellas que ya hayan llenado su maceta con raíces fuertes: son las mejores candidatas para propagación y floración.


Paso 2: Cosecha correctamente los hijuelos

Las sansevierias suelen producir hijuelos o “pups” en la base de la planta madre. Estos pueden cosecharse y replantarse, ayudando a la planta principal a ahorrar energía y dirigir sus recursos hacia la floración.

Cómo hacerlo:

  • Retira la planta de la maceta.

  • Separa suavemente los hijuelos asegurándote de que cada uno tenga raíces propias.

  • Si es necesario, usa un cuchillo limpio y afilado para hacer cortes precisos.

  • Deja secar las superficies cortadas por 24 horas para evitar la pudrición antes de replantar.

  • Planta los hijuelos en macetas individuales con sustrato bien drenado y riega con moderación hasta que aparezca nuevo crecimiento.


Paso 3: Usa el sustrato y la maceta correctos

El suelo bien drenado es esencial. Una mezcla para cactus o suculentas es lo ideal, ya que la sansevieria no tolera el exceso de agua. Usa macetas con orificios de drenaje y, preferiblemente, un recipiente ligeramente más pequeño que el tamaño de la planta: estar un poco apretada puede estimular la floración.


Paso 4: Proporciona la luz adecuada

Aunque la sansevieria soporta poca luz, florece mejor con luz brillante e indirecta. Colócala cerca de una ventana filtrada. Evita el sol directo prolongado, que puede quemar las hojas. Si no cuentas con suficiente luz natural, utiliza lámparas de espectro completo durante 10–12 horas al día.


Paso 5: Riego correcto

Las sansevierias almacenan agua en sus hojas carnosas, por lo que son muy tolerantes a la sequía. El error más común es el exceso de riego. Deja secar la tierra completamente entre riegos. Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), riega cada 2–3 semanas según la humedad y temperatura. En invierno, reduce el riego a una vez al mes.


Paso 6: Fertilización estacional

Una sansevieria bien nutrida tiene más probabilidades de florecer. Usa un fertilizante líquido equilibrado, diluido a la mitad, una vez al mes durante la primavera hasta comienzos del otoño. Evita fertilizar en invierno, cuando la planta entra en reposo.


Paso 7: Genera un estrés leve

La sansevieria tiende a florecer bajo un ligero estrés. Una vez que la planta esté madura y sana, mantenla en una maceta algo ajustada para que se sienta un poco restringida. Otra técnica es moverla temporalmente a un sitio más iluminado o reducir levemente la frecuencia de riego, imitando las condiciones naturales que estimulan la floración.


Paso 8: Retira hojas y flores marchitas

Las hojas dañadas o muertas consumen energía. Retira regularmente las que se tornen amarillas o secas, cortándolas desde la base. Cuando la sansevieria florezca, corta el tallo floral una vez que se marchite para que la planta concentre su energía en raíces y hojas, lo que aumentará sus probabilidades de volver a florecer.


Paso 9: Mantén la temperatura ideal

La sansevieria prefiere temperaturas entre 18 °C y 29 °C. Evita corrientes frías o cambios bruscos. En invierno, protégela del frío alejándola de ventanas durante la noche o usando una manta térmica si es necesario.