La albahaca es una hierba clásica de cocina, conocida por su aroma intenso y su sabor característico. Ya sea para preparar pesto, dar frescura a la pasta o simplemente decorar una ensalada, tener albahaca fresca siempre es un plus. Afortunadamente, no necesitas un jardín grande para cultivarla con éxito. Unas cuantas cajas de madera en tu patio trasero son suficientes para crear un huerto de hierbas productivo y con mucho encanto.

El cultivo en cajas es una excelente opción para espacios pequeños o poco convencionales, y la albahaca se adapta muy bien a este sistema con un mantenimiento mínimo. A continuación, te presentamos una guía completa para cultivar albahaca sana y abundante en cajas de madera.


¿Por qué usar cajas de madera para la albahaca?

Las cajas de madera son una opción ideal para cultivar hierbas. Son fáciles de mover, económicas y ofrecen un buen drenaje, algo fundamental para que la albahaca crezca sana. Además, permiten un mayor control de la calidad del sustrato en comparación con el cultivo directo en el suelo.

También aportan un aspecto rústico y natural al patio trasero, siendo perfectas para quienes buscan una alternativa atractiva y de bajo mantenimiento.


Elegir la caja adecuada

Comienza con una caja de madera limpia, resistente y sin tratar químicamente, con una profundidad mínima de 20 a 25 cm para un buen desarrollo de las raíces. Las cajas de vino, las de frutas o las cajas de madera hechas a medida funcionan muy bien.

Cómo preparar la caja:

  • Haz orificios de drenaje en la base si no los tiene. Un buen drenaje evita que las raíces se pudran.

  • Forra el interior con un material transpirable como arpillera, tela geotextil o fibra de coco, para mantener la tierra en su lugar y permitir que el agua drene.

  • Rellena con un sustrato bien drenado. Una mezcla ideal incluye tierra para macetas, compost y un poco de perlita o arena gruesa.


Elegir la variedad de albahaca

Existen varias variedades de albahaca que se pueden cultivar en cajas. Algunas de las más populares son:

  • Albahaca genovesa (dulce): La más común, ideal para platos italianos y pesto.

  • Albahaca tailandesa: Más especiada, con un toque de anís; perfecta para la cocina asiática.

  • Albahaca morada: Decorativa y aromática, aporta color al huerto.

  • Albahaca limón: Con un suave sabor cítrico, ideal para infusiones y ensaladas.

Puedes elegir una sola variedad o combinar varias en diferentes cajas.


Plantación de la albahaca

La albahaca puede cultivarse tanto desde semillas como desde plantines.

Si siembras semillas:

  • Siembra directamente en la caja después de la última helada.

  • Cubre ligeramente con tierra y mantén la superficie húmeda hasta que germinen (normalmente en 5–10 días).

  • Aclara las plántulas cuando alcancen unos 5 cm, dejando las más fuertes.

Si usas plantines:

  • Colócalos a una distancia de 20 a 25 cm entre cada uno.

  • Una caja mediana puede albergar cómodamente 2 o 3 plantas.


Luz y ubicación

La albahaca necesita pleno sol, al menos 6 a 8 horas diarias de luz directa. Coloca las cajas en una zona soleada del patio, cerca de una pared, valla, terraza o incluso junto a la cocina para tenerla siempre a mano.

En climas muy calurosos, algo de sombra por la tarde puede ayudar a evitar que las hojas se quemen.


Riego y fertilización

La albahaca prefiere un sustrato uniformemente húmedo, pero nunca encharcado. Riega cuando el primer centímetro de la tierra esté seco al tacto. En épocas de mucho calor, puede ser necesario regar a diario, ya que las cajas se secan más rápido que el suelo del jardín.

Abona cada 3 o 4 semanas con un fertilizante orgánico equilibrado o añade compost al sustrato al inicio del cultivo. Evita el exceso de fertilización, ya que puede reducir el sabor de las hojas.


Poda y cosecha

Para mantener la planta productiva, empieza a pinzar las puntas cuando la albahaca tenga unos 15 cm de altura. Esto favorece un crecimiento más arbustivo. Retira los botones florales en cuanto aparezcan, ya que la floración temprana puede volver las hojas amargas.

Cosecha regularmente cortando las hojas justo por encima de un par de hojas nuevas. No retires más de un tercio de la planta a la vez para que pueda recuperarse.


Plagas y problemas comunes

La albahaca es bastante resistente, pero puede atraer pulgones, mosca blanca o babosas. Estas plagas se controlan fácilmente con agua jabonosa suave o aceite de neem.

En ambientes húmedos, pueden aparecer hongos. Para prevenirlos, asegúrate de que haya buena ventilación, suficiente espacio entre plantas y evita mojar las hojas al regar.