Las fresas son una de las frutas más gratificantes para cultivar en casa. Su sabor dulce y jugoso las convierte en las favoritas para postres, batidos o simplemente para comer frescas. Para los jardineros con espacio limitado, el cultivo en cajas de madera es una solución excelente: proporciona las condiciones ideales para la planta y aporta un encanto rústico a patios, balcones y jardines pequeños.
1. Elegir el contenedor de madera adecuado
Seleccionar el recipiente correcto es vital. Las fresas tienen raíces superficiales, pero necesitan espacio para que sus estolones se extiendan:
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Dimensiones: Una caja de madera de al menos 20 a 30 cm de profundidad y 30 a 45 cm de ancho es ideal.
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Drenaje: Es fundamental que tenga agujeros en la base para evitar el encharcamiento, que causa la pudrición de las raíces.
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Material: Se prefiere madera de cedro o secuoya, ya que resiste la humedad de forma natural y es segura para plantas comestibles.
2. Preparación del suelo
Las fresas prosperan en un suelo fértil y bien drenado con un pH ligeramente ácido (5.5–6.8).
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Prepara la mezcla combinando tierra de jardín con compost orgánico y un poco de arena o perlita. El compost enriquece el suelo, mientras que la arena mejora el drenaje.
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Llena la caja dejando unos 2.5 cm libres en la parte superior. Añadir un fertilizante orgánico de liberación lenta al momento de plantar ayudará al desarrollo de raíces fuertes y frutos sanos.
3. Selección de variedades
Elige variedades adecuadas para macetas:
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De junio (June-bearing): Producen una gran cosecha única por temporada.
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Remontantes (Everbearing) o de día neutro: Ofrecen cosechas más pequeñas pero constantes durante un periodo más largo.
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Variedades compactas: Como la ‘Alpine’, ‘Tristar’ o ‘Eversweet’, son ideales para cajas de madera.
4. Plantación de las fresas
Puedes plantar plántulas o plantas a raíz desnuda:
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La corona: El punto donde emergen las hojas debe quedar justo por encima de la superficie del suelo. Si la entierras mucho se pudre; si queda muy alta, se seca.
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Espaciado: Deja entre 15 y 30 cm de distancia entre plantas para asegurar una buena circulación de aire. Riega abundantemente justo después de plantar.
5. Riego y Fertilización
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Humedad: Las fresas necesitan humedad constante, especialmente durante la floración y fructificación. Riega cuando la pulgada superior del suelo esté seca.
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Acolchado: Usa paja, hojas trituradas o agujas de pino para retener la humedad, suprimir malezas y mantener la fruta limpia (evitando que toque la tierra).
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Abono: Fertiliza cada 3 o 4 semanas con un fertilizante orgánico equilibrado o té de compost. Evita el exceso de nitrógeno, que genera muchas hojas pero pocos frutos.
6. Requisitos de Luz Solar
Las fresas necesitan pleno sol, requiriendo al menos 6 a 8 horas de luz directa al día. Coloca tu contenedor en el lugar más brillante disponible. La luz solar es el secreto para obtener frutos vibrantes, dulces y jugosos.
7. Control de Plagas y Enfermedades
Son susceptibles a pulgones, babosas y ácaros.
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Prevención: Inspecciona las plantas y usa remedios orgánicos como aceite de neem o jabón insecticida. Las redes físicas pueden proteger los frutos de los pájaros.
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Circulación: Un buen espaciado evita enfermedades fúngicas como el mildiu polvoriento o el moho gris.
8. Cosecha
Las fresas están listas cuando están totalmente rojas, firmes y fragantes.
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Método: Recógelas con cuidado, pellizcando el tallo por encima de la fruta para no dañar la planta.
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Frecuencia: Cosechar regularmente estimula la producción continua. Retira cualquier fruta dañada o demasiado madura para evitar la aparición de plagas.
Beneficios del cultivo en madera
Cultivar fresas en cajas de madera maximiza el espacio, permite controlar la calidad del suelo y protege a las plantas de enfermedades terrestres. Además, facilita la cosecha y añade un elemento decorativo a tu hogar. Con los cuidados básicos, podrás disfrutar de fresas frescas y deliciosas durante toda la temporada.


