Si crees que tu apartamento pequeño no es el lugar adecuado para cultivar plantas frondosas y colgantes, piénsalo de nuevo. El pothos—también conocido como hiedra del diablo—es una de las plantas de interior más fáciles y adaptables que existen. Ya seas principiante total o tengas poco espacio, el pothos es una planta de bajo mantenimiento y grandes recompensas que prospera en apartamentos de todos los tamaños.
Con sus bellas hojas en forma de corazón y su capacidad de crecer en una amplia variedad de condiciones, el pothos puede aportar un toque verde a tu hogar sin abarrotar tu espacio ni exigir demasiada atención. Aquí te mostramos cómo cultivarlo con éxito y disfrutarlo incluso en los lugares más reducidos.
Por qué el pothos es perfecto para la vida en apartamentos
El pothos (Epipremnum aureum) es conocido como la planta ideal para principiantes—y con razón. Tolera poca luz, riego irregular y espacios reducidos, lo que lo convierte en la elección ideal para quienes viven en apartamentos. Ya sea colgado en un soporte de macramé, cayendo desde una estantería o trepando por un enrejado, esta planta es tan versátil como resistente.
Además, ayuda a purificar el aire, eliminando toxinas como formaldehído y monóxido de carbono, haciendo que tu hogar no solo se vea más acogedor, sino también más saludable.
1. Encuentra la luz adecuada (aunque sea limitada)
El pothos es muy adaptable a la luz. Aunque prefiere la luz brillante e indirecta, puede sobrevivir perfectamente en rincones con poca luz o habitaciones sin sol directo. Esto lo hace ideal para apartamentos con ventanas pequeñas o con sombra.
Eso sí, ten en cuenta que las variedades variegadas (con patrones blancos o amarillos) pueden perder parte de su color en condiciones de muy poca luz. Si puedes, colócalo cerca de una ventana con luz filtrada para que mantenga su viveza y crezca más rápido.
👉 Evita el sol directo, que puede quemar sus hojas.
2. Escoge el mejor contenedor para espacios pequeños
Cuando el espacio es limitado, aprovecha la verticalidad. Los maceteros colgantes, de pared o los estantes son opciones excelentes para el pothos. Así mantienes las superficies libres mientras permites que las enredaderas caigan de forma decorativa.
Usa siempre macetas con agujeros de drenaje para evitar la pudrición de raíces. Si tu maceta decorativa no los tiene, coloca la planta en una maceta de vivero con drenaje y luego dentro de la decorativa.
3. Usa la tierra adecuada
El pothos no necesita nada sofisticado, basta con un sustrato bien aireado y con buen drenaje. Una mezcla universal para plantas de interior con un poco de perlita o corteza de orquídea funciona muy bien.
Trasplántalo cuando notes raíces saliendo por los agujeros de drenaje o si la tierra se seca demasiado rápido. Esto suele ocurrir cada 1–2 años.
4. Domina el riego
El exceso de agua es de las pocas cosas que pueden dañar a un pothos. Esta planta prefiere que la tierra se seque un poco entre riegos. Introduce un dedo en la capa superior del sustrato: si está seca, es momento de regar.
Riega a fondo hasta que el agua salga por los agujeros de la maceta y deja que drene completamente. Nunca lo dejes con agua estancada en el plato.
En invierno o en condiciones de poca luz, reduce la frecuencia de riego.
5. Poda y guíalo según tu estilo y espacio
El pothos es una enredadera natural, pero puedes darle la forma que prefieras. Para que se vea más compacto, corta las puntas de crecimiento y estimularás que se ramifique. Si quieres que trepe, ponle un tutor, palo de musgo o ganchos en la pared para guiarlo.
También puedes cortar tallos largos y propagarlos en agua. Solo corta debajo de un nudo (donde nace una hoja), pon el esqueje en un frasco con agua limpia y en un par de semanas saldrán raíces. Luego puedes plantarlos en tierra o dejarlos en agua como decoración.
6. Poco abono, grandes resultados
El pothos no necesita mucho fertilizante. Durante primavera y verano, puedes abonarlo una vez al mes con fertilizante líquido balanceado diluido a la mitad. En otoño e invierno, no hace falta, ya que la planta reduce su crecimiento.
7. Solución a problemas comunes
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Hojas amarillas: exceso de agua o drenaje deficiente.
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Hojas caídas: falta de agua, o exceso si la tierra está húmeda.
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Puntas marrones: baja humedad o riego irregular.
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Crecimiento débil o alargado: falta de luz.
Afortunadamente, el pothos es muy resistente y se recupera rápido si corriges las condiciones.
Conclusión
No necesitas un jardín, un balcón ni un espacio grande para disfrutar de un hermoso pothos. Gracias a su naturaleza resistente y sus elegantes enredaderas, es la planta perfecta para la vida en espacios pequeños. Con solo cubrir sus necesidades básicas—luz, agua y podas ocasionales—puedes crear tu propio rincón verde sin complicaciones.