Las vides no solo son una hermosa adición a jardines, enrejados y pérgolas, sino que también pueden recompensarte con una abundante cosecha de frutas si se entrenan y mantienen adecuadamente. Aunque las uvas pueden crecer con poco cuidado, las vides no entrenadas tienden a volverse enmarañadas y poco productivas. Para asegurar una máxima producción de frutas y una planta sana, es esencial entender el arte de entrenar las vides.

1. Por Qué Es Importante Entrenar las Vides

Las vides no entrenadas rápidamente se vuelven desordenadas, produciendo muchas hojas y tallos, pero menos cañas fructíferas. Un entrenamiento adecuado lleva a:

  • Mejor producción de frutas.

  • Facilitación de la poda y cosecha.

  • Menor riesgo de enfermedades (debido a una mejor circulación del aire).

  • Vides más fuertes y duraderas.

Al establecer una estructura y seguir un sistema de entrenamiento, ayudas a la planta a canalizar su energía hacia la producción de frutos, en lugar de hacia un crecimiento descontrolado.

2. Elige el Sistema de Soporte Adecuado

Antes de comenzar a entrenar, decide cómo vas a soportar la vid. Las vides necesitan estructuras fuertes sobre las que crecer, especialmente a medida que maduran y producen racimos de frutas pesados.

Los sistemas de soporte más comunes son:

  • Enrejado: Ideal para jardines caseros, con dos o más cables horizontales entre postes robustos.

  • Pérgola o arboleda: Sirve como estructura decorativa de sombra y superficie de crecimiento.

  • Cerca o muro: Las vides pueden ser entrenadas planas contra ellos utilizando cables verticales y horizontales.

Instala el soporte antes de plantar para poder guiar el crecimiento desde el principio.

3. Primer Año: Estableciendo el Tronco

Comienza seleccionando un brote sano y vigoroso de una vid joven (preferiblemente plantada a finales del invierno o principios de la primavera). Este brote se convertirá en el tronco principal.

Pasos:

  • Coloca un estaca o guía junto al brote.

  • Ata el brote suavemente al soporte, entrenándolo hacia arriba.

  • Elimina todos los brotes laterales y chupones mientras el tallo principal crece.

  • Una vez que el brote alcance la altura deseada (alrededor de 1,2–1,5 metros), pellizca la punta para detener el crecimiento vertical.

Esto forma la estructura permanente de la vid y la prepara para el entrenamiento horizontal en la siguiente temporada.

4. Segundo Año: Desarrolla los Brazos Fructíferos

En el segundo año, comenzarás a formar los brazos horizontales (también llamados cordones) donde crecerán las cañas fructíferas.

Permite que dos brotes fuertes crezcan desde la parte superior del tronco: uno hacia la izquierda y otro hacia la derecha.

Entrena estos brotes a lo largo del cable superior del enrejado o sistema de soporte.

Asegura los brotes suavemente con ataduras blandas a medida que crecen.

Elimina cualquier brote no deseado del tronco y la base.

Al final de la segunda temporada, tendrás una vid bien estructurada con un tronco fuerte y dos cordones extendiéndose horizontalmente.

5. Poda Invernal Anual para la Productividad

La poda es esencial para la productividad de la vid. Las uvas solo se producen en madera de un año (cañas que crecieron en la temporada anterior). Cada invierno, poda la vid mientras está en reposo para dejar un número equilibrado de cañas fructíferas y esporas de renovación.

Fundamentos de la poda:

  • Elimina hasta el 90% del crecimiento del año anterior.

  • Selecciona 4–6 cañas saludables (de aproximadamente el grosor de un lápiz) distribuidas a lo largo de los cordones.

  • Corta cada caña seleccionada a 6–10 yemas, que producirán frutos.

  • Deja 1–2 esporas más cortas con 2 yemas en la base de cada caña para producir las cañas del próximo año.

Este método, conocido como poda en esporas, mantiene la vid productiva año tras año.

6. Mantenimiento de Verano

Durante la temporada de crecimiento, las vides requieren atención regular para mantenerse en forma y fomentar la maduración de los frutos.

Tareas clave del verano:

  • Enjugar y atar: A medida que crecen nuevos brotes, introdúcelos entre los cables o átalo a los soportes para mantener la vid ordenada.

  • Pellizcar: Elimina los extremos vigorosos de los brotes no fructíferos para redirigir la energía hacia las uvas.

  • Eliminar chupones: Recorta cualquier crecimiento desde la base o tronco que esté drenando energía.

  • Aclareo de racimos de fruta: En algunos casos, reducir el número de racimos mejora el tamaño y el sabor.

El cuidado regular durante el verano ayuda a mantener la circulación de aire, la luz solar y el equilibrio de energía en la planta.

7. Consejos de Fertilización y Riego

Las vides no requieren fertilización abundante, especialmente si el suelo es moderadamente fértil. Sin embargo, durante el crecimiento temprano y la formación de frutos, puedes aplicar:

  • Fertilizante orgánico equilibrado (como 10-10-10) una vez a principios de primavera.

  • Compost o estiércol envejecido como aderezo superficial a finales del invierno.

Evita el exceso de riego, ya que las uvas prefieren condiciones ligeramente secas una vez que están establecidas. Riega profundamente durante períodos secos, especialmente cuando se estén formando los frutos.

Conclusión

Entrenar las vides para una máxima producción de frutas no es difícil; solo requiere consistencia, observación y poda oportuna. Una vid bien entrenada recompensa tu esfuerzo con años de deliciosas uvas, follaje atractivo y crecimiento manejable.

Al comenzar con una estructura sólida, guiar la planta desde el principio y mantener el mantenimiento estacional, tus vides prosperarán y producirán cosechas impresionantes, incluso en espacios pequeños. Ya sea que las cultives en un enrejado, una pérgola o una cerca, las vides entrenadas pueden transformar tu jardín en un viñedo productivo y vivo.