La hierba de limón es una hierba aromática muy usada en la cocina asiática, infusiones y remedios naturales. Su refrescante aroma cítrico la convierte en una favorita tanto culinaria como ornamental. Aunque puedes comprarla fresca en el mercado, también es muy fácil volver a cultivarla en casa a partir de tallos comprados. Esto no solo ahorra dinero, sino que también garantiza un suministro continuo de hierba fresca para cocinar o preparar té. Cultivarla en macetas resulta especialmente conveniente para quienes viven en apartamentos o casas sin jardín, ya que la planta se adapta muy bien a los contenedores si recibe los cuidados adecuados.
Este guía te llevará paso a paso en el proceso de reproducir hierba de limón desde los tallos, cuidarla en macetas y cosecharla para un uso prolongado.
Elegir la hierba de limón adecuada
Al comprar en la tienda, busca tallos frescos y firmes, con la base del bulbo aún intacta. Evita los que estén resecos, arrugados o demasiado recortados, ya que podrían no volver a crecer. Lo ideal es que la base sea de color blanco o verde pálido y se sienta sólida. Incluso los tallos sin raíces visibles pueden rebrotar siempre que tengan la base del bulbo.
Iniciar la hierba de limón en agua
El método más sencillo para reproducirla es enraizando los tallos en agua antes de pasarlos a una maceta.
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Recorta la parte superior de los tallos, dejando unos 15–20 cm sobre la base.
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Coloca las bases en un vaso o frasco con unos 5 cm de agua.
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Pon el recipiente en una ventana soleada o balcón donde reciba al menos 6 horas de sol directo al día.
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Cambia el agua cada 2–3 días para mantenerla fresca y evitar la pudrición.
En 1–2 semanas, deberían aparecer raíces en la base y brotes verdes en el centro. Cuando las raíces midan unos centímetros, estarán listas para trasplantar a una maceta.
Preparación de la maceta y el sustrato
La hierba de limón crece en matas altas y necesita espacio para que las raíces se expandan. Elige una maceta de al menos 30–35 cm de profundidad y ancho, con buenos orificios de drenaje. Si quieres cultivar varios tallos juntos, usa un recipiente más ancho o reparte los tallos en diferentes macetas.
El sustrato debe ser fértil y bien drenado. Una mezcla de tierra para macetas de calidad con compost añadido funciona muy bien. Agregar un poco de arena o perlita mejora el drenaje, ya que la hierba de limón no tolera el exceso de agua en las raíces.
Trasplante a la maceta
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Llena la maceta con el sustrato preparado, dejando unos centímetros libres en la parte superior.
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Planta cada tallo enraizado a unos 5–6 cm de profundidad, separándolos unos centímetros entre sí si colocas varios.
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Presiona suavemente la tierra alrededor de la base y riega en abundancia.
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Coloca la maceta en un lugar soleado: balcón, patio o junto a una ventana luminosa. La hierba de limón necesita entre 6 y 8 horas de sol directo al día.
Riego y fertilización
Mantén el sustrato constantemente húmedo, pero sin encharcarlo. Riega cuando la capa superior de tierra (unos 2–3 cm) esté seca al tacto. En climas cálidos puede ser necesario regar a diario; en climas frescos, con menor frecuencia.
Fertiliza cada 4–6 semanas con un abono líquido equilibrado o té de compost. Los fertilizantes ricos en nitrógeno favorecen un follaje verde y frondoso, que es la parte que más se utiliza en la cocina.
Cuidados de la hierba de limón en maceta
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Poda: Recorta hojas secas o marrones para mantener la planta sana y ordenada.
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Cambio de maceta: Con el tiempo, la hierba de limón forma matas densas. Cada 1–2 años, divide los grupos y replántalos en tierra nueva para mantener la fuerza de la planta.
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Plagas: Es resistente en general, pero a veces puede atraer pulgones. Basta con enjuagar con agua o aplicar jabón insecticida suave.
Cosecha de la hierba de limón
La cosecha puede comenzar cuando los tallos midan al menos 30 cm de altura y tengan unos 1–1,5 cm de grosor. Para recolectar:
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Arranca o corta un tallo desde la base, cerca del suelo.
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Retira las hojas exteriores más duras hasta llegar al tallo tierno interior.
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Usa los tallos frescos en guisos, currys, infusiones o marinadas.
Las hojas largas también pueden aprovecharse para dar sabor a sopas, caldos o tés. La cosecha regular estimula el rebrote y asegura un suministro continuo durante todo el año.
Cuidado en invierno
En climas fríos, la hierba de limón en maceta debe trasladarse al interior. Colócala en un lugar soleado y reduce un poco el riego durante su periodo de reposo. En primavera, aumenta gradualmente el riego y la fertilización para estimular el nuevo crecimiento.
Conclusión
Reproducir hierba de limón a partir de tallos comprados es uno de los métodos más sencillos y gratificantes para iniciar un huerto casero. Con solo un vaso de agua, un rincón soleado y una maceta preparada, podrás transformar tallos de supermercado en una mata vigorosa y aromática.