Las remolachas son una adición fantástica a cualquier huerto casero, apreciadas por su sabor terroso, su vibrante color y sus beneficios para la salud. Afortunadamente, no necesitas un gran terreno para disfrutarlas. Con un poco de planificación y el espacio adecuado, puedes cultivarlas con éxito en macetas directamente en tu patio. La jardinería en contenedores permite cultivar este tubérculo en espacios reducidos mientras mantienes un control total sobre el entorno de crecimiento. Ya seas principiante o un jardinero con experiencia pero con espacio limitado, las remolachas en macetas son fáciles, rápidas y muy gratificantes.


¿Por qué cultivar remolachas en macetas?

Las remolachas son un cultivo de clima fresco y de crecimiento compacto, lo que las hace ideales para la jardinería en contenedores. Además, maduran rápidamente—en tan solo 50 a 70 días—lo que las convierte en una gran opción para espacios pequeños. Cultivarlas en macetas también ayuda a evitar problemas como suelo compactado, mal drenaje y algunas enfermedades comunes en bancales.

Un beneficio extra: puedes cosechar no solo la raíz, sino también las hojas, que son nutritivas y deliciosas en ensaladas o salteadas. Así, las remolachas en macetas ofrecen una doble cosecha en un solo lugar.


Variedades de remolacha recomendadas

Aunque casi todas las variedades pueden crecer bien en macetas, algunas se adaptan mejor por el tamaño reducido de su raíz o por su rápida maduración.

Algunas de las mejores opciones para patios son:

  • Detroit Dark Red – Clásica, de raíz redonda y confiable, con hojas tiernas.

  • Boltardy – Resistente a la floración temprana y de maduración rápida.

  • Golden Beet – De pulpa dorada, dulce y sin sangrado de color.

  • Chioggia – Una reliquia italiana con vistosos anillos rojos y blancos en el interior.

Cada una aporta sabores, apariencias y tiempos de crecimiento distintos; elige según tu gusto y tus objetivos de cultivo.


Selección de la maceta adecuada

Las remolachas necesitan espacio para que sus raíces se desarrollen, por lo que una maceta de al menos 20–25 cm de profundidad es esencial. Cuanto más ancha, más plantas podrás cultivar. Una maceta de 30 cm de ancho permite 4–6 remolachas cómodamente si se espacian bien.

Algunas buenas opciones son:

  • Macetas de plástico o cerámica con agujeros de drenaje

  • Bolsas de cultivo de tela, que ofrecen excelente aireación de raíces

  • Baldes o cajas recicladas forradas con tela transpirable

Asegúrate de que el recipiente permita el drenaje del exceso de agua para evitar la pudrición de raíces.


Preparación del sustrato

Las remolachas prefieren un suelo suelto, fértil y bien drenado. Evita la tierra de jardín pesada, que puede compactarse e impedir el desarrollo de las raíces.

Un buen sustrato debe incluir:

  • 2 partes de tierra para macetas o compost

  • 1 parte de perlita o arena gruesa para mejorar el drenaje

  • Opcional: humus de lombriz o estiércol maduro como refuerzo nutritivo

Antes de sembrar, humedece bien la mezcla y asegúrate de que tenga una textura uniforme. El pH ideal está entre 6.0 y 7.0.


Siembra y espaciamiento

Las remolachas se cultivan mejor desde semilla, ya que el trasplante puede dañar el desarrollo de la raíz. Cada “semilla” es en realidad un grupo que puede germinar varias plántulas.

Pasos para sembrar:

  • Siembra a 1–1,5 cm de profundidad, con 5–7 cm de separación.

  • Cuando las plántulas tengan unos centímetros, aclara a 8–10 cm, cortando las más débiles con tijeras para no dañar las raíces.

  • Los brotes aclarados pueden aprovecharse como microgreens.

  • En macetas rectangulares grandes, siembra en hileras separadas por 10–12 cm.


Luz solar y riego

Las remolachas necesitan al menos 5–6 horas de sol directo al día, aunque más siempre es mejor. Coloca las macetas en un rincón soleado del patio, alféizar o azotea.

Mantén el suelo uniformemente húmedo, pero nunca encharcado. El riego irregular puede provocar raíces fibrosas o agrietadas. Añade una capa de mantillo (paja, hojas secas o compost) para conservar la humedad y reducir malezas.


Nutrición de las plantas

Las remolachas no son exigentes, pero agradecen un refuerzo ocasional. Aplica un fertilizante equilibrado o bajo en nitrógeno cada 3–4 semanas para favorecer el desarrollo de la raíz más que de las hojas.

Otra opción es añadir una capa superficial de compost a mitad del ciclo de crecimiento.


Cosecha de remolachas en macetas

Las remolachas están listas cuando las raíces alcanzan entre 4 y 7 cm de diámetro. Puedes comprobar su tamaño palpando suavemente la base del tallo. Las raíces más pequeñas suelen ser más tiernas y sabrosas.

Para cosechar:

  1. Sujeta la base de las hojas y tira suavemente.

  2. Si el suelo está compacto, afloja con una palita antes de extraer.

  3. Aprovecha también las hojas: lávalas y consúmelas frescas o salteadas.


Consejos de éxito para patios

  • Siembra escalonada cada pocas semanas para tener cosecha continua.

  • Gira la maceta de vez en cuando para un crecimiento parejo.

  • Vigila plagas como minadores de hoja y pulgones; controla con aceite de neem o agua jabonosa.

  • No sobrepobles: cada remolacha necesita espacio para engordar bien.


Cultivar remolachas en macetas es una forma simple y práctica de obtener vegetales nutritivos directamente en tu patio. Con poco esfuerzo, disfrutarás de hojas frescas y raíces sabrosas, perfectas para asar, encurtir, hacer jugos o comer crudas. Las remolachas en macetas son prueba de que incluso los espacios más pequeños pueden ofrecer grandes cosechas.