Cuando encuentres este pescado en primavera, no dudes en comprarlo. Tiene carne gruesa, pocas espinas y es muy nutritivo. Comerlo regularmente ayuda a los niños a ser más inteligentes y mejora su vista. Además, su carne es deliciosa y rica en nutrientes, lo que lo convierte en un plato favorito para muchos.

Sin embargo, al cocinar la lubina, nunca agregues sal ni vino de cocina. Hoy te enseñaré la manera correcta de prepararla para que la carne quede tierna, jugosa y sin sabor a pescado. ¡Sigue el video para ver cómo lo hago!

Primero, seleccionamos una lubina fresca. Para hacer pescado al vapor, es esencial que esté fresco. Hacemos dos cortes en la parte trasera para ayudar a que se mantenga de pie y absorba mejor los sabores. Luego, abrimos el vientre y revisamos cuidadosamente si las vísceras están bien limpias, especialmente la membrana negra y cualquier resto de sangre, ya que estas son las principales fuentes del olor a pescado.

Después, hacemos cortes a los lados de la espina dorsal para que el pescado pueda quedar plano y se vea más atractivo. Para el pescado al vapor, se necesita una buena cantidad de cebolla de verdeo y jengibre.

Cortamos la cebolla en trozos y el jengibre en rodajas. Los colocamos en un bol con agua tibia y los frotamos para extraer su jugo. Dejamos reposar cinco minutos para potenciar su sabor.

Tras limpiar bien el pescado, comenzamos a marinarlo. Muchas personas agregan sal y vino de cocina en este punto, pero para el pescado al vapor, eso es incorrecto. En su lugar, usamos agua de cebolla y jengibre. La aplicamos por todo el pescado, por dentro y por fuera, para eliminar el olor a pescado y aportar un aroma suave.

¿Por qué no se debe agregar sal ni vino de cocina? La sal endurece la carne durante la cocción, haciendo que quede seca y menos tierna. El vino de cocina reduce el sabor natural del pescado. Por eso, lo correcto es marinarlo con agua de cebolla y jengibre durante 10 minutos.

Mientras el pescado se marina, preparamos la guarnición. Cortamos la parte blanca de la cebolla en tiras finas y hacemos lo mismo con la parte verde. Luego, cortamos jengibre y pequeños chiles en tiras finas y los ponemos en un bol.

Vertemos agua tibia sobre ellos y dejamos que se remojen. Esto hará que se enrosquen y se vean más bonitos.

Una vez que el tiempo de marinado haya terminado, retiramos los trozos de cebolla y jengibre del pescado. Preparamos un plato con rodajas de jengibre y cebolla en la base, colocamos el pescado encima y lo untamos con una capa de aceite para sellar la humedad, asegurando una textura tierna y jugosa. Añadimos más rodajas de jengibre y cebolla por encima.

Ponemos agua a hervir antes de colocar el pescado en la vaporera. Es importante que el agua esté hirviendo para que el pescado conserve su textura tierna. Tapamos y cocinamos a fuego alto durante ocho minutos.

Mientras tanto, preparamos la salsa. Calentamos aceite en una sartén y salteamos cebolla, jengibre y cebolla de verdeo hasta que suelten su aroma. Agregamos un poco de agua y salsa de soya especial para pescado al vapor. Cocinamos a fuego alto hasta que la salsa espese. Esta salsa casera es mucho más sabrosa que simplemente agregar salsa de soya. Colamos la salsa y la reservamos.

Cuando el pescado esté listo, retiramos las rodajas de cebolla y jengibre y desechamos el líquido acumulado, ya que contiene sabor a pescado. Luego, colocamos las tiras de cebolla y jengibre sobre el pescado y vertemos aceite caliente para resaltar el aroma. ¡Qué delicioso! Finalmente, rociamos la salsa sobre el pescado.

¡Y listo! Una lubina al vapor casera, sabrosa y tierna, sin necesidad de sal ni vino de cocina. ¡El resultado es tan delicioso como en los restaurantes!