El ajo es uno de los cultivos más gratificantes para tener en casa. Requiere poco espacio, escaso mantenimiento y ofrece un sinfín de beneficios tanto en sabor como en salud. Aunque tradicionalmente se planta en huertos, el ajo se adapta sorprendentemente bien a los contenedores, especialmente a las cubetas. Cultivar ajo en cubetas permite a los jardineros urbanos o con espacio limitado disfrutar de bulbos frescos y caseros. Con la configuración y el cuidado adecuados, podrás obtener una abundante cosecha en solo unos meses.

Esta guía paso a paso te mostrará cómo cultivar ajo en cubetas, desde la siembra hasta la cosecha.


Paso 1: Elige la Cubeta Adecuada

El ajo no necesita un recipiente muy profundo, pero sí espacio suficiente para el desarrollo de sus raíces y bulbos. Una cubeta estándar de 5 galones (unos 19 litros) es perfecta. Asegúrate de que tenga varios orificios de drenaje en el fondo, ya que el exceso de agua puede pudrir las raíces.

Si vas a plantar varios dientes, verifica que la superficie de la cubeta ofrezca suficiente espacio entre ellos. Una cubeta de 5 galones puede albergar cómodamente de 6 a 8 dientes de ajo.


Paso 2: Selecciona Dientes de Ajo de Calidad

La calidad de tu cosecha depende de los dientes que siembres. Evita usar ajo del supermercado, ya que puede estar tratado con productos químicos que impiden la germinación. En su lugar, compra ajo para siembra en un vivero o proveedor confiable.

Existen dos tipos principales de ajo:

  • Ajo de cuello duro (Hardneck): Produce dientes grandes y sabrosos, ideal para climas fríos.

  • Ajo de cuello blando (Softneck): Tiene más dientes, aunque más pequeños, se conserva mejor y prospera en climas cálidos.

Elige dientes grandes, firmes y sanos, evitando los blandos, arrugados o con moho. Recuerda: cada diente sembrado se convertirá en un bulbo completo.


Paso 3: Prepara la Mezcla de Suelo

El ajo prefiere suelos fértiles y bien drenados. Una buena mezcla para cubetas incluye:

  • 2 partes de tierra para macetas de buena calidad

  • 1 parte de compost o abono orgánico

  • 1 parte de arena gruesa o perlita para mejorar el drenaje

Mezcla bien y llena la cubeta dejando unos 5 cm libres desde el borde superior. El pH ideal del suelo debe estar entre 6.0 y 7.0. Antes de sembrar, puedes añadir un puñado de fertilizante orgánico o harina de hueso, ricos en fósforo, para favorecer el crecimiento de raíces fuertes.


Paso 4: Siembra del Ajo

Planta los dientes de ajo en otoño si vives en una zona de clima frío, o durante la estación más fresca si estás en una región cálida.

  1. Separa los dientes del bulbo, manteniendo intacta la piel que los cubre.

  2. Inserta cada diente en el suelo con la punta hacia arriba y la base plana hacia abajo.

  3. Deja una distancia de 10 a 12 cm entre cada uno.

  4. Cúbrelos con unos 5 cm de tierra.

  5. Riega abundantemente después de plantar para asentar el sustrato.


Paso 5: Proporciona las Condiciones Ideales

El ajo crece mejor a pleno sol, por lo que la cubeta debe colocarse en un lugar que reciba entre 6 y 8 horas de luz directa al día.
Es una planta resistente al frío, pero si vives en zonas muy frías, protege la cubeta envolviéndola con paja, hojas secas o arpillera (yute) para evitar que el suelo se congele.


Paso 6: Riego y Fertilización

El ajo necesita humedad constante, sobre todo durante las primeras etapas de crecimiento.
Riega cuando la capa superior del sustrato (unos 2–3 cm) se sienta seca, pero evita encharcar. Las cubetas tienden a secarse más rápido que los suelos de jardín, así que revisa con frecuencia.

Fertiliza cada 3–4 semanas con un abono líquido rico en nitrógeno, como emulsión de pescado o té de compost, para estimular el desarrollo de las hojas. Estas son esenciales, ya que permiten a la planta realizar la fotosíntesis y acumular energía en los bulbos.


Paso 7: Control de Plagas y Problemas

El ajo, gracias a su aroma fuerte, es naturalmente resistente a muchas plagas, aunque pueden presentarse algunos inconvenientes:

  • Pulgones: suelen aparecer en las hojas; se eliminan con aceite de neem o jabón insecticida.

  • Hongos o mohos: provocados por exceso de agua; asegúrate de un buen drenaje y riega solo en la base.

  • Deficiencias nutricionales: las hojas amarillas pueden indicar falta de nutrientes; añade compost o fertilizante balanceado.


Paso 8: Cosecha del Ajo

El ajo está listo para cosechar cuando las hojas comienzan a amarillear y secarse, generalmente entre 7 y 9 meses después de la siembra.

  1. Suspende el riego aproximadamente una semana antes de la cosecha.

  2. Afloja suavemente la tierra con una herramienta de mano.

  3. Extrae los bulbos con cuidado, evitando tirar del tallo.

  4. Sacude el exceso de tierra, pero no laves los bulbos.

Coloca los ajos en un lugar seco y ventilado durante 2–3 semanas para su curado.
Una vez curados, corta las raíces y las hojas. Los ajos bien curados pueden almacenarse durante varios meses.


Paso 9: Guarda Dientes para la Próxima Temporada

Una de las mayores satisfacciones de cultivar ajo es su autosuficiencia. De tu propia cosecha, reserva los dientes más grandes y saludables para replantar la siguiente temporada. Así mantendrás un ciclo continuo de ajo fresco sin tener que comprar nuevos bulbos cada año.


Conclusión

Cultivar ajo en cubetas es una forma práctica, sencilla y gratificante de disfrutar este cultivo lleno de sabor, incluso en espacios pequeños. Con la mezcla de suelo adecuada, el espaciado correcto, cuidados constantes y algo de paciencia, podrás cosechar tus propios bulbos frescos en menos de un año.