La hierba de limón (o citronela) es una planta versátil muy apreciada tanto por sus usos culinarios como por su refrescante fragancia. Conocida por su sabor cítrico, es un ingrediente básico en la cocina asiática, en infusiones y también en remedios naturales. Más allá de su practicidad, la hierba de limón aporta un toque de verdor y elegancia a pequeños jardines, balcones y terrazas. Aunque muchos piensan que necesita grandes espacios, se adapta sorprendentemente bien al cultivo en macetas, lo que la convierte en una excelente opción para quienes cuentan con poco espacio exterior pero desean hierbas frescas en casa.

Con sus bajos requerimientos de mantenimiento y su potencial ecológico, cultivar hierba de limón en macetas encaja perfectamente en prácticas de jardinería sostenible. A continuación, te mostramos cómo hacerlo para asegurar una provisión constante de hojas frescas durante todo el año.

¿Por qué cultivar hierba de limón en macetas?

La hierba de limón crece en matas y puede expandirse rápidamente si se planta directamente en el suelo. Usar macetas te permite controlar su tamaño y evitar que invada el jardín. Además, el cultivo en contenedor facilita el manejo de la calidad del suelo, el drenaje y la ubicación para aprovechar al máximo la luz solar.

Otra ventaja es la movilidad: puedes mover las macetas al interior durante el invierno o colocarlas al exterior en las estaciones cálidas. Para quienes viven en climas fríos, esta flexibilidad garantiza que la planta prospere todo el año sin sufrir daños por heladas.

Elegir la maceta adecuada

La hierba de limón crece alta y desarrolla raíces extensas, por lo que necesita un recipiente amplio y resistente. Lo ideal es una maceta de al menos 30–40 cm de profundidad y ancho. Pueden usarse macetas de barro, bolsas de cultivo de tela o tiestos de plástico resistentes, siempre que tengan buen drenaje. Sin orificios de salida, las raíces pueden pudrirse fácilmente.

Si quieres tener varios tallos, elige un macetero ancho que permita la expansión de la mata. Con el tiempo, podrás dividirla en macetas más pequeñas para obtener nuevas plantas.

El mejor sustrato

La hierba de limón prospera en suelos fértiles y bien drenados. Un sustrato de buena calidad enriquecido con compost orgánico es ideal. Añadir arena o perlita mejora la aireación y evita la compactación, manteniendo las raíces saludables.

Dado que es una planta de alto consumo nutricional, conviene incorporar compost o fertilizante orgánico de liberación lenta en el momento de la siembra, y reforzar con fertilizante líquido durante la temporada de crecimiento.

Cómo plantar hierba de limón

Puede cultivarse desde semillas, aunque lo más común es hacerlo a partir de tallos o divisiones. Para enraizar tallos, compra hierba de limón fresca con la base intacta, colócala en un vaso con agua y espera una o dos semanas hasta que salgan raíces. Luego trasplántala a la maceta, enterrándola unos 5 cm.

Si usas divisiones, separa una mata existente y colócala en la maceta cubriendo bien las raíces con tierra. Riega abundantemente después de plantar.

Luz y riego

La hierba de limón necesita pleno sol, al menos 6–8 horas de luz directa al día. Coloca la maceta en un lugar soleado al exterior o cerca de una ventana orientada al sur si está dentro de casa. En caso de poca luz, puedes apoyarte con una lámpara de cultivo.

Mantén la tierra húmeda de forma constante, pero sin encharcar. Un acolchado superficial ayuda a conservar la humedad en épocas calurosas. En invierno, reduce ligeramente el riego, pero evita que el sustrato se seque por completo.

Fertilización y mantenimiento

Para un crecimiento vigoroso, aplica fertilizante líquido equilibrado cada 3 o 4 semanas durante la temporada activa. Opciones orgánicas como té de compost o emulsión de pescado diluida funcionan muy bien en un enfoque sostenible.

Retira las hojas secas o amarillas para estimular nuevos brotes y mantener la planta saludable. Cada uno o dos años, divide las matas para evitar el hacinamiento y, de paso, obtener nuevas plantas.

Cosecha de la hierba de limón

Podrás cosechar cuando los tallos midan al menos 30 cm de alto. Corta los más gruesos y maduros desde la base, junto al nivel del suelo. La planta seguirá emitiendo nuevos brotes, lo que asegura un suministro continuo.

Se aprovechan tanto los tallos tiernos de la base (usados en sopas, curris y salteados) como las hojas aromáticas (excelentes para infusiones o aceites). Cosechar con frecuencia estimula la producción.

Plagas y enfermedades

La hierba de limón rara vez sufre ataques, aunque en ocasiones pueden aparecer pulgones o ácaros. Un simple chorro de agua o una solución jabonosa suave suele ser suficiente. El exceso de agua puede causar pudrición de raíces, por lo que un buen drenaje es clave.

Beneficios sostenibles del cultivo

Cultivar hierba de limón en macetas contribuye a la sostenibilidad: reduces la compra de hierbas envasadas en plástico, obtienes un repelente natural contra mosquitos y disfrutas de una planta de rápido crecimiento y fácil propagación. Una vez establecida, tendrás un recurso renovable de hierbas frescas.

Conclusión

La hierba de limón en macetas es una forma práctica y ecológica de disfrutar de esta hierba aromática incluso sin disponer de jardín. Con buen sustrato, riego constante y abundante sol, la planta te recompensará con hojas y tallos frescos para la cocina, infusiones y remedios naturales.

Compacta, fácil de cuidar y respetuosa con el medio ambiente, la hierba de limón es la incorporación perfecta para tu balcón, terraza o huerto en casa. Al cultivarla en macetas, no solo disfrutas de sus beneficios culinarios y medicinales, sino que también das un paso hacia un estilo de vida más sostenible.