El perejil (Petroselinum crispum) es una hierba versátil y fragante que realza innumerables platos, desde sopas y ensaladas hasta salsas y guarniciones. Tener perejil fresco a mano eleva la cocina casera, y cultivarlo en macetas de interior garantiza un suministro constante de hojas verdes durante todo el año, sin necesidad de un jardín. El cultivo en contenedor es ideal para cocinas, alféizares y apartamentos pequeños, ya que aporta comodidad, frescura y un atractivo decorativo.

Cultivar perejil en interior permite controlar con precisión la luz, el agua y el suelo, lo que resulta en plantas sanas y vigorosas. Con los cuidados adecuados, el perejil en maceta puede prosperar, ofreciendo hojas llenas de sabor a solo un paso de tu encimera.


Elegir la Maceta Adecuada

El perejil desarrolla un sistema radicular relativamente profundo, por lo que necesita un recipiente que lo acomode. Elige una maceta de al menos 20–25 cm de profundidad con orificios de drenaje suficientes. Las macetas anchas son preferibles, ya que permiten cultivar varias plantas sin que se amontonen.

Los recipientes pueden ser de plástico, barro o cerámica. Las macetas de barro proporcionan transpirabilidad a las raíces, mientras que las de plástico son ligeras y fáciles de mover para captar más luz. Colocar un platillo debajo de la maceta ayuda a recoger el exceso de agua y proteger las superficies interiores.


Selección y Preparación del Sustrato

El perejil prospera en suelos fértiles y bien drenados. Una mezcla de tierra para macetas de buena calidad, enriquecida con compost orgánico, asegura un crecimiento fuerte y saludable. Evita la tierra de jardín compacta, ya que puede endurecerse en macetas y restringir el desarrollo de las raíces.

Lo ideal es un pH de suelo ligeramente ácido a neutro, entre 6,0 y 7,0. Agregar perlita o arena mejora el drenaje y previene la acumulación de agua en las raíces, que podría provocar pudrición. Una buena preparación del sustrato es clave para obtener hojas aromáticas y abundantes.


Siembra del Perejil

El perejil puede cultivarse a partir de semillas, plántulas o pequeñas plantas de vivero.

A partir de semillas: siembra a unos 0,5 cm de profundidad y cúbrelas ligeramente con tierra. Mantén el sustrato húmedo hasta la germinación, que puede tardar de 10 a 14 días. El perejil germina lentamente, por lo que se requiere paciencia.

A partir de plántulas: trasplanta las plantas jóvenes a la maceta, dejando 10–15 cm de espacio entre ellas. Asegura bien el sustrato alrededor de las raíces y riega abundantemente.

Aclarar las plántulas y dejar solo las más fuertes garantiza un crecimiento saludable y vigoroso. Si están demasiado juntas, las plantas producirán hojas más pequeñas y raíces débiles.


Riego del Perejil en Interior

El perejil prefiere un sustrato constantemente húmedo, pero no soporta el encharcamiento. Riega cada vez que la capa superior (1–2 cm) esté seca al tacto. En ambientes interiores más cálidos, puede ser necesario regar con mayor frecuencia.

Asegura un buen drenaje para evitar la pudrición de raíces. Evita mojar en exceso las hojas, ya que la humedad constante puede favorecer enfermedades fúngicas.


Requisitos de Luz

El perejil necesita bastante luz. Coloca la maceta cerca de una ventana orientada al sur que reciba entre 6 y 8 horas de sol directo al día. En lugares con poca luz natural, usa una lámpara de cultivo para mantener un crecimiento uniforme y evitar tallos débiles.

La luz adecuada favorece hojas verde intenso y de sabor robusto, mientras que la falta de luz puede ralentizar el crecimiento y producir hojas pálidas.


Fertilización del Perejil en Maceta

El perejil cultivado en contenedor requiere abonado regular, ya que los nutrientes se agotan rápidamente. Aplica un fertilizante líquido equilibrado cada 3–4 semanas, o bien añade fertilizante orgánico de liberación lenta al momento de la siembra.

Opciones naturales como el compost o el emulsión de pescado ayudan a un crecimiento constante y mejoran el sabor de las hojas. Evita el exceso de fertilizante, que puede producir mucho follaje pero con menor calidad aromática.


Cosecha del Perejil

El perejil puede cosecharse una vez que las hojas tengan el tamaño suficiente, generalmente a las 8–10 semanas de la siembra. Corta las hojas externas desde la base, dejando las interiores intactas para que la planta siga creciendo.

La cosecha regular estimula la aparición de nuevo follaje y mantiene la planta compacta y frondosa. Tanto el perejil liso como el rizado responden bien a los cortes frecuentes, ofreciendo un suministro continuo de hojas frescas y sabrosas.


Consejos para un Perejil Saludable

  • Gira las macetas periódicamente para asegurar una iluminación uniforme.

  • Retira las hojas amarillas o dañadas para mantener la planta sana.

  • Mantén la temperatura interior entre 18–24 °C para un crecimiento óptimo.

  • Vigila la aparición de plagas como pulgones o ácaros y trátalos de inmediato con remedios naturales.


Reflexión Final

Cultivar perejil en macetas de interior es una forma práctica y gratificante de tener hierbas frescas siempre a mano. Con una maceta adecuada, un sustrato bien drenado, riego constante, buena iluminación y cosechas regulares, tu perejil puede prosperar todo el año, ofreciéndote hojas vibrantes y llenas de sabor siempre que las necesites.