El perejil es una de las hierbas más versátiles en la cocina. Ya sea espolvoreado sobre la pasta, añadido a sopas o mezclado en salsas, su sabor fresco y vibrante realza incluso los platos más sencillos. ¿La mejor parte? No necesitas un jardín exterior para tener siempre perejil a mano. Con solo un alféizar soleado y un poco de cuidado, puedes cultivar esta hierba popular en interiores durante todo el año.

¿Por qué cultivar perejil en interiores?

Tener perejil fresco al alcance de la mano significa disponer siempre de hojas sabrosas y nutritivas para cocinar. El perejil comprado en tiendas suele marchitarse rápido, perdiendo su sabor en pocos días. Al cultivarlo tú mismo, aseguras frescura, reduces desperdicio de alimentos y ahorras dinero a largo plazo.

La jardinería en interiores también hace que las hierbas sean accesibles para todos, sin importar si vives en una casa, apartamento o dormitorio. Una sola maceta de perejil en tu ventana no solo aporta verdor a la cocina, sino que también te ofrece la comodidad de cosechar justo lo que necesitas.

Elegir la variedad adecuada

Antes de comenzar, considera cuál se adapta mejor a tu estilo de cocina:

  • Perejil rizado (Petroselinum crispum): Decorativo y de sabor suave, se usa como guarnición y en ensaladas frescas.

  • Perejil de hoja plana (italiano): De sabor más intenso, ideal para sopas, guisos, adobos y mezclas de hierbas.

Ambos tipos crecen bien en interiores, por lo que puedes cultivar los dos en macetas separadas y disfrutar de lo mejor de cada uno.

Preparar la maceta y el sustrato

El perejil desarrolla una raíz principal (pivotante), por lo que necesita una maceta de al menos 20–25 cm de profundidad. Asegúrate de que tenga orificios de drenaje para evitar el exceso de agua, y coloca un plato debajo para proteger tu alféizar.

Usa un sustrato de calidad para macetas en lugar de tierra de jardín. Estos mezclas son más ligeras, aireadas y retienen mejor la humedad sin apelmazarse. Añadir compost u otro material orgánico enriquecerá el sustrato, favoreciendo un crecimiento fuerte y sabroso.

Luz y ubicación

El perejil necesita abundante luz solar. Coloca la maceta en una ventana orientada al sur o al oeste, donde reciba entre 6 y 8 horas de sol al día. Si la luz natural es limitada, sobre todo en invierno, utiliza una lámpara de cultivo pequeña para mantener un crecimiento constante y evitar tallos débiles.

Riego y abonado

El perejil prefiere un sustrato uniformemente húmedo. Revisa la capa superior (unos 2–3 cm): si está seca, riega hasta que el agua salga por los orificios de drenaje. Evita los encharcamientos, ya que dañan las raíces.

Aplica una vez al mes un fertilizante líquido equilibrado o una opción orgánica como té de compost. Esto aportará los nutrientes necesarios para mantener la planta verde, vigorosa y productiva por muchos meses.

Cultivo desde semillas o trasplantes

Puedes comenzar con semillas o con plántulas jóvenes.

  • Semillas: Son económicas pero tardan 2–3 semanas en germinar. Para acelerar, remójalas durante la noche antes de sembrarlas a 0,5 cm de profundidad en sustrato húmedo.

  • Trasplantes: Disponibles en viveros, son una opción más rápida. Solo trasplanta a tu maceta y deja que se adapte a su nuevo hogar.

Cosecha para un crecimiento continuo

Cuando la planta tenga varios tallos con hojas bien formadas, ya puedes empezar a cosechar. Lo ideal es cortar los tallos exteriores desde la base, dejando intactos los del centro. Esto estimula un crecimiento más frondoso y evita que la planta se debilite.

Para un suministro constante, siembra nuevas semillas cada pocos meses. Así, cuando una planta llegue a su ciclo final, otra estará lista para reemplazarla.

Usos del perejil fresco en la cocina

El perejil de hoja plana es perfecto para recetas como tabulé, chimichurri y marinadas, donde su sabor es protagonista. El perejil rizado es excelente como guarnición en carnes asadas, pastas o sopas, aportando color y textura.

Además de su sabor, el perejil es rico en vitaminas A, C y K, y contiene antioxidantes beneficiosos para la salud. Usar hojas recién cosechadas garantiza el máximo aporte nutricional.

Cuidados extra para producción todo el año

El perejil es una planta bienal: en su primer año produce hojas, y en el segundo florece. En interiores, puedes prolongar su producción de hojas con cosechas regulares y evitando que florezca. Si aparecen flores, retíralas para que la energía vuelva a las hojas.

Con luz, riego y fertilización adecuados, tu perejil prosperará en el alféizar durante muchos meses, dándote cosechas frescas en cualquier estación.

Reflexión final

Cultivar perejil en tu ventana es una forma sencilla y gratificante de tener hierbas frescas siempre a mano. Con una maceta adecuada, buen sustrato y un rincón soleado, disfrutarás de un suministro constante de hojas sabrosas y nutritivas todo el año.

En lugar de comprar manojos que se marchitan rápido, cuida tu propia planta en casa: es un pequeño esfuerzo que se traduce en frescura, sabor y satisfacción.