El potos (Epipremnum aureum), también conocido como hiedra del diablo, es una de las plantas de interior más populares y fáciles de cuidar. Sus enredaderas colgantes, hojas en forma de corazón y su naturaleza resistente la convierten en una favorita entre quienes desean llenar su hogar de verde sin complicaciones. Cuando se cultiva en macetas, el potos prospera con la combinación adecuada de tierra y riego. Si eres nuevo en la jardinería interior o simplemente quieres mejorar el cuidado de tu potos, conocer estos aspectos básicos te ayudará a mantenerlo frondoso y lleno de vida.
Por qué el potos prospera en macetas
El potos se adapta fácilmente a diferentes ambientes y no necesita mucho para mantenerse saludable. Cultivarlo en maceta te permite controlar mejor el riego, el drenaje y la ubicación. Puedes moverlo fácilmente para ajustarlo a la luz ideal o protegerlo de corrientes de aire. Además, las macetas están disponibles en una gran variedad de formas y estilos, lo que facilita integrar el potos en cualquier decoración interior.
Cómo elegir la maceta adecuada
Antes de hablar de tierra y riego, empieza por seleccionar un recipiente adecuado. El drenaje es fundamental. Una maceta sin orificios puede acumular agua en el fondo y provocar pudrición de raíces. Opta siempre por macetas con uno o varios agujeros de drenaje.
Si prefieres una maceta decorativa que no los tenga, coloca tu potos en una maceta de vivero con agujeros y ponla dentro de la decorativa. Así mantendrás las raíces sanas sin sacrificar el estilo.
El tamaño de la maceta también es importante: elige una que sea solo un poco más grande que el cepellón. Una maceta demasiado grande puede retener humedad en exceso, aumentando el riesgo de riego excesivo.
La mejor mezcla de sustrato para potos
El potos prefiere un sustrato suelto y bien drenado que retenga algo de humedad sin encharcarse. Una mezcla universal para plantas de interior funciona bien, pero puedes preparar una mezcla ideal combinando:
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2 partes de tierra para macetas de uso general
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1 parte de perlita o piedra pómez (para mejorar la aireación)
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1 parte de fibra de coco o turba (para retener la humedad)
Esta combinación garantiza que las raíces reciban suficiente aire y que el agua no se acumule. Evita usar tierra de jardín, ya que tiende a compactarse y drena mal en macetas.
Consejos sencillos de riego
Una de las razones por las que el potos es tan popular es por su bajo requerimiento de agua. Es mejor quedarse corto con el riego que excederse, ya que el potos puede recuperarse de la sequedad, pero no del exceso de agua.
Sigue estos consejos para mantenerlo saludable:
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Verifica la capa superior de tierra: Introduce tu dedo en el sustrato. Si los primeros 2–3 cm están secos, es momento de regar. Si aún está húmedo, espera unos días más.
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Riega en profundidad, pero con menos frecuencia: Cuando riegues, hazlo hasta que el agua salga por los orificios inferiores. Esto hidrata todas las raíces y elimina sales acumuladas.
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Ajusta según la estación: En los meses cálidos, el potos puede necesitar agua una vez por semana. En invierno, cada 10–14 días suele ser suficiente. Confía más en la humedad del sustrato que en un calendario fijo.
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Observa las señales: Las hojas amarillas suelen indicar exceso de agua, mientras que las hojas caídas o enrolladas señalan sequedad.
Drenaje y platillos recolectores
Vacía siempre el platillo debajo de la maceta después de regar. Dejar la planta en agua estancada puede causar problemas en las raíces.
Si usas una maceta decorativa sin drenaje, saca la planta para regarla y deja que escurra completamente antes de volver a colocarla.
También puedes colocar una capa delgada de perlita o corteza de orquídea en el fondo de la maceta para mejorar el drenaje, aunque esto no reemplaza una maceta con orificios adecuados.