La albahaca es una de las hierbas más versátiles y apreciadas en la cocina. Su aroma fresco y sabor vibrante realzan infinidad de platos, desde ensaladas y salsas hasta sopas y pastas. Aunque comprarla en el mercado es sencillo, cultivarla en casa resulta mucho más gratificante: disfrutas de hojas recién cortadas y tienes la tranquilidad de saber cómo fue cultivada tu planta.
Una de las formas más fáciles y sostenibles de multiplicar albahaca en casa es mediante la clonación, también llamada propagación. Este proceso consiste en tomar esquejes de una planta sana y hacer que desarrollen raíces en agua antes de trasplantarlos a la tierra. Lo mejor es que puedes hacerlo reutilizando botellas, dándoles un nuevo propósito mientras aseguras un suministro constante de albahaca fresca para tu cocina.
¿Por qué clonar albahaca en lugar de sembrar semillas?
Sembrar desde semilla es satisfactorio, pero la clonación ofrece ventajas únicas:
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Consistencia: produce una planta idéntica a la madre, conservando exactamente el mismo sabor.
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Crecimiento más rápido: los esquejes enraízan antes que las semillas germinen.
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Ecológico: aprovecha plantas existentes y envases reciclados, reduciendo desechos.
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Económico: una vez que tienes una planta madre saludable, ya no necesitas comprar semillas ni plántulas.
Materiales necesarios
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Una planta de albahaca sana (de tu cultivo o comprada fresca con tallos intactos).
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Tijeras o podadora limpias para cortar los esquejes.
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Una botella reciclada (de vidrio o plástico) para enraizar.
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Agua fresca.
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Tierra para macetas y un contenedor para trasplante.
Paso 1: Preparar los esquejes
Elige un tallo fuerte de 10–15 cm, sin daños ni signos de enfermedad. Córtalo justo debajo de un nudo de hoja (donde salen dos hojas opuestas).
Retira las hojas de la mitad inferior del tallo, dejando solo un pequeño racimo en la parte superior. Esto evita que las hojas sumergidas se pudran y ayuda a que la energía se concentre en formar raíces.
Paso 2: Preparar la botella
Limpia bien la botella. Si es de plástico, puedes cortar la parte superior para hacer un pequeño vaso, o usarla entera si la boca es amplia.
Llénala hasta la mitad con agua fresca. Coloca el esqueje dentro, asegurándote de que los nudos inferiores queden sumergidos y las hojas superiores permanezcan fuera del agua.
Paso 3: Ubicación adecuada
La albahaca adora la luz. Pon la botella en un lugar cálido y luminoso, como un alféizar soleado. Necesita unas 6 horas de luz indirecta al día. Evita el sol fuerte de la tarde que pueda calentar demasiado el agua.
Cambia el agua cada 2–3 días para mantenerla fresca. En 7–10 días aparecerán raíces blancas finas en los nudos.
Paso 4: Vigilar el desarrollo de raíces
Ten paciencia. Deja que las raíces alcancen al menos 5 cm de largo. Esto suele tomar entre 2 y 3 semanas. Cuando el sistema radicular esté fuerte, estará lista para el trasplante.
Paso 5: Trasplantar a tierra
Prepara una maceta de 15–20 cm de profundidad con sustrato suelto y con buen drenaje. Enriquecer con compost dará un extra de nutrientes.
Haz un pequeño hoyo, coloca el esqueje enraizado y cubre las raíces con tierra. Riega bien para que la planta se asiente. Asegúrate de que la maceta tenga orificios de drenaje para evitar encharcamientos.
Paso 6: Cuidados de la nueva planta
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Luz: ubícala en un lugar soleado con al menos 6 horas de luz al día.
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Riego: mantén la tierra húmeda pero no encharcada; riega cuando la capa superior esté seca.
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Poda: pellizca los brotes superiores con frecuencia para que crezca frondosa y no se espigue.
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Cosecha: corta hojas según lo necesites, sin quitar más de un tercio de la planta en cada cosecha.
Ventaja ecológica
Usar botellas recicladas como recipientes de enraizamiento es una práctica creativa y sostenible. En lugar de desecharlas, las conviertes en viveros para nuevas plantas. Así reduces residuos y aseguras un suministro constante de albahaca sin depender de compras frecuentes.
Disfrutando la cosecha
En pocas semanas, las plantas clonadas estarán listas para ofrecer hojas frescas. Su sabor elevará tus pizzas caseras, salsas, ensaladas o pestos. Cada cosecha te recordará lo gratificante que es multiplicar tus propias hierbas a partir de un simple esqueje.
Reflexión final
Clonar albahaca con botellas recicladas es un método sencillo, económico y ecológico que une sostenibilidad con sabor fresco en tu mesa. Con unos pocos tallos, agua y paciencia, puedes crear una fuente inagotable de albahaca cultivada en casa.