¡Deja de hervir los camarones, estás perdiendo todo su sabor fresco! Hoy quiero compartir una receta secreta que conserva toda la frescura natural del camarón, manteniendo su carne tierna y sin rastros de olor a pescado. ¡Vamos a ver cómo se hace!
Si es posible, es mejor comprar camarones vivos y saltarines, aunque pueden ser costosos. Aquí, cuestan 55 yuanes por catty. Si compras camarones congelados, ¿cómo puedes elegir los mejores?
Primero, los camarones deben tener un color claro y brillante. Además, asegúrate de que estén enteros e intactos. Si la cabeza o la cola se han desprendido, no son frescos. También puedes olerlos: si tienen un aroma desagradable, mejor no comprarlos.
Ahora, vamos a preparar los camarones. Observa la punta afilada en la cabeza del camarón, conocida como el rostro. Esta parte debe eliminarse. Ten mucho cuidado al manipular los camarones para evitar pinchazos, especialmente con camarones de mar. Si te lastimas con ellos, podrías estar en riesgo de infectarte con Vibrio vulnificus, una bacteria presente en ambientes marinos que puede ser muy peligrosa.
El siguiente paso es cortar las patas del camarón. No importa cómo los cocines, las patas siempre deben recortarse. Son la parte más sucia del camarón, donde se acumulan suciedad y productos químicos, y además, son difíciles de limpiar adecuadamente. Para comer de manera más segura y saludable, lo mejor es eliminarlas.
Ahora, limpiemos la parte trasera del camarón. La línea oscura en su espalda es en realidad su intestino. Usa un palillo de dientes para extraerlo. Es parte del sistema digestivo y contiene restos de alimentos no digeridos, residuos metabólicos y arena, lo que lo hace bastante sucio. Dejarlo puede hacer que el camarón tenga un sabor desagradable.
Luego, lava bien los camarones. Agrega una cucharada de sal para ayudar a limpiarlos más fácilmente. Frótalos bien y cambia el agua un par de veces hasta que el agua quede clara. Una vez que estén limpios, escúrralos y resérvalos.
Ahora, preparemos algunas especias:
- Unos dientes de ajo
- Un trozo de jengibre, en rodajas
- Algunas cebolletas, cortadas en segmentos
Resérvalos para más tarde. También necesitarás:
- Unas bayas de pimienta de Sichuan
- Uno o dos anises estrellados
- Algunas hojas de laurel
- Un trozo de canela en rama
Ahora, toma una sartén limpia y seca, sin aceite ni agua. Agrega una o dos bolsas de sal gruesa. Para hacer camarones a la sal, la sal gruesa es la mejor opción, ya que no se adhiere fácilmente a la superficie del camarón. Si solo tienes sal fina, también puedes usarla, pero será más difícil de sacudir después.
Incorpora las especias secas en la sartén y tuéstalas a fuego medio-bajo. Esto ayuda a eliminar cualquier humedad de la sal y libera el aroma de los anises estrellados y las bayas de pimienta. Revuelve hasta que la sal adquiera un tono ligeramente amarillo y el aroma sea intenso.
Ahora, retira la mitad de la sal y resérvala en un bol. Extiende la sal restante en la sartén de manera uniforme y coloca los camarones uno por uno sobre ella.
Distribuye las rodajas de jengibre, ajo y cebolleta sobre los camarones para reducir el olor a pescado y potenciar el sabor. Luego, cubre completamente los camarones con la sal reservada.
Tapa la sartén y cocina a fuego bajo durante 8 minutos. Recuerda, fuego bajo, no alto.
Cuando termine el tiempo, apaga el fuego, pero no levantes la tapa de inmediato. Deja que el calor residual termine de cocinar los camarones durante 3 minutos más.
Cuando finalmente levantes la tapa, el aroma será irresistible. En ese instante, se te hará agua la boca. Mi esposo, que estaba cerca, me pidió probar uno de inmediato. Después de preparar los camarones de esta manera, nunca volvimos a hervirlos ni a saltearlos. ¡Este método es muchísimo más sabroso!
Ahora, con cuidado, retira los camarones de la sal.
Sacude el exceso de sal con unos palillos, ¡y listo! Los camarones a la sal están listos para disfrutarse.
Este método es rápido: en solo 10 minutos están listos. Los camarones quedan fragantes, tiernos y sin ningún rastro de sabor a pescado. Como la cáscara del camarón bloquea la mayor parte de la sal, solo una pequeña cantidad penetra en la carne, logrando un equilibrio perfecto de sabor.
Sinceramente, después de probar esta técnica, puedo decir con seguridad que no hay ningún sabor desagradable. El camarón queda puro, fresco y delicioso. Mi esposo dice que ahora esta es su forma favorita de comer camarones, ya que conserva todo su sabor original. A diferencia del hervor, que puede diluir el sabor en el agua, la cocción con sal mantiene todo el gusto en la carne, dejándola jugosa, tierna y exquisita.
Mira estos camarones: ¡se ven tan frescos y suculentos! Si te encantan los camarones, te recomiendo mucho que pruebes esta receta.
Y no tires la sal usada. Se puede reutilizar para otros platillos a la sal, como pollo, pato, huevos de codorniz o incluso frutos secos tostados.
Simplemente vuelve a calentar la sal a fuego medio-bajo, removiendo hasta que se separe en granos sueltos. Luego, usa un colador para eliminar cualquier residuo de especias, especialmente los trozos de cebolleta y jengibre, para evitar la acumulación de humedad al almacenarla.
Una vez fría, guárdala en un recipiente hermético y durará mucho tiempo para varios usos.
¿Listo? El camarón es suave, fácil de digerir y delicioso. ¡El otoño es la temporada perfecta para disfrutarlo!