Las remolachas (betabeles) son una de las verduras más gratificantes de cultivar en espacios pequeños. Conocidas por su sabor terroso, su llamativo color y su valor nutricional, las remolachas son un cultivo versátil que se puede disfrutar tanto por sus raíces dulces y tiernas como por sus hojas verdes. Si bien muchos jardineros asumen que las remolachas requieren grandes bancales, en realidad prosperan en contenedores, incluidas las cestas tejidas, cuando se les proporcionan las condiciones adecuadas. Cultivar remolachas en cestas no solo ahorra espacio, sino que también añade un encanto rústico a balcones y patios.
Con la planificación y el cuidado adecuados, las remolachas cultivadas en cestas pueden ser tan productivas como las cultivadas en parcelas de jardín tradicionales. Esta guía te guiará a través de todo lo que necesitas saber para plantar, mantener y cosechar remolachas con éxito en cestas tejidas.
Por Qué Cultivar Remolachas en Cestas
Las cestas pueden no parecer la opción obvia para cultivar hortalizas de raíz, pero vienen con varios beneficios:
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Eficiencia espacial: Las cestas permiten a los jardineros urbanos cultivar hortalizas de raíz incluso sin acceso a tierra de jardín.
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Portabilidad: Puedes mover fácilmente las cestas para que capten el sol o para proteger las plantas de los fenómenos meteorológicos extremos.
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Atractivo estético: Una cesta tejida rebosante de hojas de remolacha funciona como una fuente de alimentos funcional y una adición decorativa a tu balcón.
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Buen drenaje: Cuando se forran correctamente, las cestas proporcionan el drenaje que previene el encharcamiento, lo cual es especialmente importante para cultivos de raíz como la remolacha.
Paso 1: Elegir y Preparar la Cesta
No todas las cestas funcionarán, así que selecciona una adecuada para el crecimiento de hortalizas de raíz.
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Profundidad y tamaño: Elige una cesta de al menos 25 a 30 centímetros de profundidad y lo suficientemente ancha para permitir que crezcan varias plantas sin amontonarse.
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Revestimiento: Forra el interior con arpillera, tela de jardinería o un revestimiento biodegradable. Esto evita que el sustrato se derrame y al mismo tiempo permite el drenaje.
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Configuración del drenaje: Coloca la cesta en una bandeja para recoger el exceso de agua si la usas en interiores o en el suelo de un balcón. Las remolachas prefieren sustrato húmedo pero no empapado.
Una vez forrada y preparada, la cesta se convierte en un mini-huerto perfecto para tus remolachas.
Paso 2: Preparación del Sustrato
El sustrato es la base de las remolachas sanas, especialmente porque sus raíces son la cosecha principal.
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Textura: Elige sustrato suelto y con buen drenaje para permitir que las raíces se expandan fácilmente. Evita las mezclas pesadas de arcilla o compactadas.
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Nutrientes: Mezcla compost o materia orgánica para enriquecer el sustrato con nutrientes esenciales.
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Aditivos: Incorporar un poco de arena o perlita mejora la aireación y el drenaje, asegurando un crecimiento saludable de las raíces.
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Equilibrio de pH: Busca sustrato ligeramente ácido a neutro, con un pH entre $6.0 \text{ y } 7.5$.
Llena la cesta casi hasta la parte superior, dejando unos 2.5 centímetros de espacio para evitar el desbordamiento del agua.
Paso 3: Siembra de Remolachas
Las remolachas se cultivan mejor directamente a partir de semillas en lugar de trasplantes, ya que no les gusta que las molesten.
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Siembra: Planta las semillas de remolacha a aproximadamente 2.5 centímetros de separación en hileras o espárcelas uniformemente por la superficie de la cesta.
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Profundidad: Cubre las semillas ligeramente con 1 centímetro de sustrato.
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Riego: Riega suavemente después de la siembra para humedecer el sustrato.
Dado que las semillas de remolacha son en realidad racimos de pequeñas semillas, a menudo brotan múltiples plántulas juntas. Una vez que crecen unos pocos centímetros de altura, acláralas para que cada planta tenga 7 a 10 centímetros de espacio. Las plántulas aclaradas se pueden comer como micro-vegetales o aderezos para ensaladas.
Paso 4: Cuidado de las Remolachas Cultivadas en Cesta
Las remolachas requieren relativamente poco mantenimiento, pero la consistencia es clave para el éxito.
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Riego: Mantén el sustrato uniformemente húmedo, pero no encharcado. Las cestas pueden secarse rápidamente, así que revisa a diario, especialmente en climas cálidos.
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Luz solar: Coloca la cesta en un lugar que reciba al menos 6 horas de luz solar directa cada día. Las remolachas crecen mejor con luz brillante.
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Fertilización: Cada 3-4 semanas, alimenta con un fertilizante equilibrado y soluble en agua o té de compost para fomentar un fuerte crecimiento de la raíz y las hojas.
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Desmalezado: Si bien las malezas son menos problemáticas en las cestas, retira cualquier que aparezca para evitar la competencia por los nutrientes.
Paso 5: Cosecha de Remolachas
Las remolachas están listas para cosechar cuando las raíces tienen entre 4 y 8 centímetros de diámetro, generalmente dentro de 8 a 10 semanas después de la siembra.
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Raíces: Tira suavemente de toda la planta cuando la remolacha tenga el tamaño correcto. Las remolachas más pequeñas tienden a ser más tiernas y dulces.
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Hojas: ¡No te olvides de las hojas! Las hojas de remolacha se pueden cosechar con moderación durante todo el proceso de crecimiento. Corta algunas hojas exteriores a la vez, dejando el crecimiento central intacto.
Al escalonar las siembras cada 2-3 semanas, puedes asegurar un suministro constante de remolachas y hojas frescas durante toda la temporada de crecimiento.
Paso 6: Solución de Problemas Comunes
Incluso en cestas, las remolachas pueden enfrentar desafíos:
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Amontonamiento: El aclareo es crucial, ya que las remolachas superpobladas no formarán raíces sanas.
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Secado: Las cestas se secan más rápido que los bancales, por lo que el riego frecuente es esencial.
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Plagas: Vigila a los minadores de hojas o pulgones. Utiliza aceite de neem en aerosol o introduce insectos beneficiosos como las mariquitas para controlar las infestaciones.
Conclusión
Cultivar remolachas en cestas tejidas es una excelente manera de combinar funcionalidad con creatividad en la jardinería de espacios pequeños. Con la cesta adecuada, sustrato rico en nutrientes y cuidado constante, puedes disfrutar de una cosecha de remolachas coloridas y sabrosas directamente desde tu balcón.


